Papa Goriot de Honoré de Balzac 

                   “A partir de ahora los ojos de los hombres se volverán a mirar los rostros, no de                         aquellos que han gobernado, sino de aquellos que han pensado”

                   Palabras pronunciadas por Víctor Hugo en el entierro de Honoré de Balzac

                   Papa Goriot, el Catoblepas y las interminables descripciones

 

Mario Vargas Llosa en el Segundo capitulo de su libro Cartas a un joven novelista, desarrolla  la respuesta a la siguiente interrogante:  ¿de donde salen las historias que cuentan las novelas? ¿como se le ocurren los temas a un novelista? Y contesta con la hipótesis de que lo vivido es la fuente que irriga las ficciones, las experiencias y sentimientos del que las inventa. ¿En que se inspiraría Balzac en pleno siglo XIX para escribir una novela como Papa Goriot?   Para contestar esta pregunta debo acudir al animal mítico que crea Flaubert en La tentación de San Antonio y que mas tarde recrea Jorge Luis Borges en su Manual de Zoología Fantástica.  El Catoblepas es una criatura que se devora a su misma empezando por sus pies. El novelista  igualmente encuentra el alimento que necesita para darle energía a su creación  en si mismo. Se “come a si mismo” busca y escarba en sus experiencias y recuerdos en los habitantes de su memoria, en todo aquello que le marcara suficiente para poner en movimiento su fantasía creadora. Dentro de toda la fantasía que se inventa después, entierra esa semilla intima que muchas veces no podemos reconocer. El Catoblepas yace utilizado bajo toda esa ficción, haciendo muchas veces imposible reconocer el material autobiográfico. Y real.  Al leer a Eugene de Rastignac, tratando de subir en sociedad, pidiendo el dinero prestado a sus hermanas y madre, (entendiendo la difícil situación económica de estas) solo con le propósito que el considera imperante de hacerse de unos vestidos apropiados para una fiesta en casa de la Señora de Bauseant en donde será introducido  a la alta sociedad. ¿No vemos entonces retratado al propio Honoré que al igual que personaje Eugene estudia para abogado y se refugia en la ayuda de Madame Berry para que le abra las puertas al mundo parisino, y mas tarde en la amistad con la duquesa de Abrantes? ¿No vemos en el amor de Eugene hacia la Delphine la hija de papá Goriot, vanidosa, superflua y rica y casada, al amor de Balzac en su vida real, la Condesa Polaca Ewelina Hanska, casada también? Es el Catoblepas del que nos habla Mario Vargas Llosa. Inclusive este Catoblepas particular es uno muy gordo, ya que no solo contiene las experiencias particulares del propio Honoré, sino que hereda las de su padre, Bernard-Francois Balssa, un pobre agricultor del Tarn,  que hasta se inventa un parentesco con la oportunamente extinguida familia de los Balzac en su afán de subir dentro de la aristocracia. No estuvo el padre de Balzac trabajando febrilmente en establecer valiosas relaciones dentro de la burguesía en Paris?  ¿No es esta la misma historia de Eugene Rastignac, que aspira ambiciosamente formar parte de la alta sociedad?

Las descripciones realistas y con abundancia de detalles de Papa Goriat: 

Para entender el estilo narrativo descriptivo realista de Balzac nos basta con comenzar a leer su novela Papa Goriot. Para llegar a los personajes que desarrollaran la acción de su novela, Balzac nos lleva primero a la ciudad en donde viven, luego a las calles al pie de Montmartre y las alturas de Montrouge calle en donde se encuentra asentada la “Casa Vauquer”,  nos distrae y hasta aburre con detalles que pueden parecer intrascendentes y que ocupan muchas paginas sobre el ambiente, el color del cielo, la situación geográfica para finalmente llegar a la pensión, que será descrita a perfección, sus olores, el grosor de sus paredes, sus cuadros, su disposición, su aire sombrío, la tierra seca, los arroyos sin agua, las casas tétricas de los lados, las murallas que huelen a cárcel..

 En una sociedad adicta a la acción, al conflicto rápido y efectivo, una novela escrita de esta forma posiblemente perdería al lector entre bostezos, sin embargo en el siglo XIX nos encontramos con otro tipo de lector. La abundancia de detalles lo ayuda a ubicarse dentro del contexto, le sugiere que esperar, como sentirse. El lector de nuestro siglo XXI ya no necesita de tanto detalle para crearse una idea. Es un lector que ha “viajado” a todo tipo de imágenes a través de redes de comunicación masiva, la televisión, el Internet, el bombardeo de información desde que nace, le han hecho experto en imágenes mentales.  La abundancia de descripción es innecesaria y hasta perjudicial, con decirle por ejemplo “era una pensión deprimente y deteriorada  de tres pisos enclavada en un  barrio  pobre de Paris” nos haría entender completamente la intención del escritor.  Dicho esto, no me atrevería a quejarme de las excelentes descripciones de Balzac. Gracias a ellas, se suministra un aluvión de datos de todo tipo, sociedad, economía, sucesos, criticas políticas que han ayudado a los sociólogos y otros  estudiosos a retratar la sociedad Francesa de su tiempo.  Balzac representa a la novela realista, encontramos en su obra un poco del romanticismo, pero es en sus descripciones donde se retrata la naturaleza de la familia, el matrimonio, la estratificación y la corrupción de la sociedad Burguesa de Paris durante la restauración Francesa.

Papa Goriot como una de las obras mas importantes del autor pasa a formar parte de las escenas de la vida privada de La comedia humana, obra coherente que aspiraba a reunir 137 novelas y de las cuales 50 se quedaron incompletas por su muerte prematura. Esta obra ofrece un estudio de la sociedad Francesa. Balzac es reconocido por La piel de Zapa (que recibió el elogio de la crítica, representada nada menos que por el ya para la época anciano Goethe) , Eugenie Grandet, el Coronel Chabert, El medico rural, La búsqueda del absoluto, la Misa del ateo entre muchas otras.

Cabe destacar la tendencia novedosa de Balzac en hacer reaparecer a algunos  de sus personajes en novelas subsecuentes. Uno de los personajes que mas encontró asidero dentro de sus novelas es el de Vautrin. En Papá Goriot, Vautrin hace de una especie de héroe antagonista, juega un papel muy importante al tentar a Eugene  Rasitgnan dentro de situaciones que afectan su moral, tal como seducir a la Srta. Victorine mientras que este asesina a su hermano para que esta obtenga su fortuna.  Uno de los puntos clave de la novela es el discurso que Vautrin promulga en el duelo a que lo reta fuera de la pensión. Aquí este cuestiona los valores morales del joven con el fin ultimo y definitivo de criticar a la sociedad parisina.

Con Papa Goriot, escrita en 1835 Balzac se consolida como el fundador de la novela moderna.

Comencé esta reseña con las palabras formuladas por Víctor Hugo al momento de enterrar a Honoré de Balzac, en un discurso al que asistieron Frederic Lemaitre, Gustave Coubert, Alejandro Dumas padre e hijo y otros muchos escritores y hombres famosos: “A partir de ahora los ojos de los hombres se volverán a mirar los rostros, no de aquellos que han gobernado, sino de aquellos que han pensado” y la finalizo con las palabras que se hicieron famosas, pronunciadas por el personaje Eugene Rastignac al enterrar a Papa Goriot -que muere en la miseria y rechazado por sus hijas luego de haber sacrificado todo por ellas-. Mirando hacia la ciudad donde descubre ahora un mundo mezquino, pequeño y superficial por obra de la experiencia parece ahora estar seguro de poder enfrentarse a esta sociedad. desde la parte alta del cementerio el pronuncia sus grandiosas palabras como un reto:

“Ahora nos toca a nosotros”

Nery Santos Gómez autora Hilandera de tramas. 

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